Gobierno pagará un ‘salario’ a inmigrantes que se porten bien

Les pagarán si se comen la comida que les donen.

Luego de que cientos de inmigrantes hondureños rechazaran la comida que les donaba la población, porque pues los tacos, tortas y chilaquiles nada más se comen en México, el gobierno resolvió pagarles un salario a todos los hondureños que se encuentran en el país, siempre y cuando se porten bien y se coman lo que les regalan.

Apenas en Tijuana hubo una confrontación entre mexicanos que tenían cara hondureños y hondureños que tenían cara de mexicanos, para decidir cuál raza latina se veía más güera y no tan humilde. Incluso muchos mexicanos se enfrentaron a otros mexicanos porque se confundieron y pensaron que también eran inmigrantes.

Todo terminó de explotar cuando los migrantes rechazaron los taquitos de moronga, buche y nenepil, porque estaban acostumbrados a comer pizza y aparte se pusieron a jugar una cascarita en pleno periférico y algunos hasta estaban jugando rayuela afuera de una tiendita.

Para evitar que continuaran afectando la paz que reinaba en el país hasta que ellos llegaron, el presidente Enrique Peña Nieto anunció que les darán un salario vitalicio, con tal de que se porten bien, sean buena onda con los mexicanos y si se comen todas sus verduritas sin chistar, incluyendo los frijoles de olla.

«El chiste es que dejen de andar de desmadrozos, con lo que nos ha costado pacificar al país para que lleguen estos revoltosos a causar problemas. Ya hasta los rateros de las combis no quieren subirse a asaltar porque les tienen miedo. Están atentando contra nuestro estilo de vida«, anunció mientras jugaba con su plastilina Play-Doh.

El salario que percibirán será de $12,000.00 pesos mensuales, además que se les dará prestaciones superiores a las de ley, caja de ahorro, vales de despensa y todas esas cosas que cualquier Godín añoraría.

Esta decisión causó controversia a muchos mexicanos que no quieren a los hondureños, porque podrían amolarles su raza pura: «es que tenemos más sangre gringa que los pinches hondureños, todos prietos. No los queremos en México, que se regresen a su país, aquí tenemos que preocuparnos por nuestros propios problemas«, comentó Juan Pérez, oriundo de Iztapalapa, mientras se disponía a echar la flojera.

La mayoría de los inmigrantes ya se acercaron desde esta tarde a la secretaría del trabajo, para tramitar su nuevo salario, aunque se les pidió una copia de sus credenciales de elector y que asistieran a algún mitín del PRI cuando se les requiera.

Varios hondureños ya se están organizando para crear su propio sindicato y defender sus derechos. Algunos también están pidiendo ya un aumento salarial y tener vacaciones pagadas.