Jorge Ramos deja el periodismo para convertirse en embajador de la ONU

Se exilió en un convento para meditar qué país será el siguiente en ser rescatado.

El periodista defensor de los derechos humanos y del imperio norteamericano que siempre se ha preocupado por los derechos civiles de otros países (petroleros); Jorge Ramos, anunció que abandonará su prominente carrera de periodismo para sumarse a las fuerzas de paz de la ONU.

Esto luego de que lograra recuperar la entrevista que le hizo al golpista dictador Nicolás Maduro y cayera en cuenta que su objetivo es lograr la paz mundial en cada rincón del planeta (a donde lo envíe Estados Unidos).

«Ayer viendo cómo puse en su lugar al presidente de Venezuela, tuve un momento de iluminación divina; escuché a Diosito decirme que debía luchar contra las injusticias de este planeta, porque soy muy bueno para eso; me rifo y a la gente le gusta escucharme y aparte hago preguntas bien objetivas«, relató Ramos, mientras se ponía una sotana y se preparaba para irse a buscar la paz en Medio Oriente.

Así mismo, pidió a los gobiernos de todos las naciones dejar de considerarlo como periodista y comenzar a verlo como un superhéroe.

De acuerdo a datos presentados por el embajador de la ONU en Estados Unidos, Jorge Ramos ha logrado pacificar a casi todo Venezuela gracias a las incómodas preguntas que le hizo a Maduro, por lo que planean repetir este éxito en otros países latinoamericanos que lo soliciten, obvio si antes que nada se trata de países productores de crudo.

«Creo que estoy cerca de convertirme en una especie de nuevo Jesucristo, pienso que el mundo tiene suerte de tenerme y haré algo para salvarlos a todos; cubrirlos con mi manto sangrado«, agregó.

El mismo gobierno de USA pidió a los demás países reconocer a Jorge Ramos como líder mundial de la paz y apoyarlo en lo necesario.

«Cada vez estamos más cerca de liberar al pueblo venezolano y al mundo de las garras del comunismo que tanto ha detenido el progreso de nuestro país… digo, del mundo entero, jeje«, espetó Mike Pence, vicepresidente de Estados Unidos.

Mientras tanto, Ramos ya se exilió en un convento para meditar y planear cuál país será el siguiente en ser rescatado por sus incómodas preguntas.