Rechaza Felipe Calderón prohibición de bebidas alcohólicas en Xochimilco

Exige que se detenga esta medida populista que calificó de inhumana.

Cantina «Mi Lupita».- El ex presidente y principal opositor de la dictadora obradorista; Felipe Calderón, rechazó firmemente la propuesta de la jefa de gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, sobre prohibir o limitar el consumo de bebidas alcohólicas a bordo de las populares trajineras de Xochimilco, tras el accidente que tuvo lugar el pasado domingo.

El ex mandatario aseguró que estas medidas no ayudan en nada y lejos de traer un beneficio a la población, afectará al turismo que acude a los canales de este lugar para pasearse en las embarcaciones mientras degustan una buena caguama.

«Si está bien que se preocupen por su seguridad, pero los accidentes son parte de la peda, es inevitable que sucedan y es parte de la magia también. Ir en contra del alcohol es inhumano, una medida populista que no debería existir porque ¿los borrachos que culpa tenemos… digo, tienen de que unos morros mecos no se sepan controlar? No, no podemos permitirlo«, expuso Calderón, mientras se le hacía agua la boca de tanto hablar de alcohol.

Por ello, invitó a sus catorce afiliados de su partido político México Libre a que organicen una marcha para exigir que no se prohíba el consumo de cervezas en Xochimilco, ya que él iba a estar demasiado ocupado como para organizarla (por aquello de estarse curando la cruda).

«Si nos unimos para cosas más tontas como pedir medicinas en los hospitales, seguridad para las mujeres o por un cochino aeropuerto que de seguro ni usan, ¿por qué no salir a las calles a marchar en contra de algo tan importante como esta prohibición? Invito a todos los mexicanos a levantar la voz en contra de este régimen, que no nos quiten lo poco bueno que tenemos«, agregó.

En un acto de profunda rebeldía, Felipe Calderón salió a ponerse una peda a pesar de que su esposa, Margarita Zavala, se lo había prohibido, ya que el ex presidente se encontraba acudiendo a Alcohólicos Anónimos.

Desde temprana hora se le vio recorriendo la calle de Regina, en la capital del país, esperando a que abrieran alguno de los locales para beber en exceso y llegar en estado etílico a las trajineras y que no pudieran decirle nada porque en sí, no rompió ninguna ley.

«No se dejen, banda, no dejemos que esos culeros ganen, primero la cerveza, luego la dignidad«, espetó mientras se lo llevaba una patrulla por andar de desmadrozo.