Pareja de Ecatepec nombra a su hijo ‘Brayan Mamarre’

Es que con ese perreo sus padres se conocieron y enamoraron.

Ecatepunk.- Siempre que algún artista se pone de moda, los barrios bajos se llenan de bebés con nombres de famosos, lo que nos deja una colonia llena de puros Thors, Malumas y Shakiras (pero en versión prietita).

Sin embargo, en esta ocasión, una pareja de jóvenes de Ecatepec se pasaron de lanza y decidieron nombrar a su hijo «Brayan Mamarre», dejando abierta la puerta para que le hagan bullying durante toda su vida.

Fue la tarde de ayer cuando al registro civil de San Cristóbal, Ecatepec, se presentó Kevin López y Yomari Pérez junto a su recién nacido para tomar la peor decisión de sus vidas.

El padre explicó que Brayan lo habría escogido porque así se llamaba un amigo que lamentablemente falleció en un linchamiento (se dedicaba al asalto a unidades de transporte público) y quería rendirle honor. En cuanto al nombre Mamarre, dijo habérselo elegido porque esa canción fue el primer perreo que bailó con su ahora esposa.

«Todavía me acuerdo, fue en la peda de un valedor, allá por Tulpetlac. Me acuerdo que la vi y dije ‘esta jaina tiene qué ser para mi’, entonces que cuando ponen esa rolita, me le acerco y que le empiezo a perrear. Luego y luego se me arrimó. Fue amor a primer reggaetón«, aseguró.

El pequeño mamarre nació de color chapopote, sin cabello y hasta con cicatrices de navajazos, heredados de su padre y de varias generaciones de vendedores minoristas de droga.

Autoridades de Ecatepec se negaron en un principio a permitir que se le adjudicara el nombre de «Brayan Mamarre» al pequeño, pero ante la insistencia de los padres, finamente tuvieron qué ceder (y también porque le corrió una Sor Juanita a la doña del registro).

Asociaciones como la UNICEF y Derechos Humanos se pronunciaron en contra y pidieron a los jóvenes dejar de ponerles nombres tan culeros a sus hijos, porque esto ayuda a que los índices de delincuencia aumenten.

Kevin y Yomari afirmaron estar contentos por esta decisión y en seguida fueron a presumirlo al tianguis y a las miches, en donde lo tuvieron qué dejar empeñado porque no acompletaban para pagar todas las cervezas que se tomaron y prometieron regresar por él en la semana.