El cine mexicano: oscuro y pesimista

El cine mexicano: oscuro y pesimista

Fotos: Ricardo Quiroga

Durante la clase magistral que ofreció como parte del homenaje que le realizó el Festival Internacional de Cine Guanajuato, el realizador mexicano relató que el exsecretario de Seguridad Pública Genaro García Luna lo amenazó en su momento para impedir el estreno de “El infierno” y hacia 1999 le ofrecieron un millón de dólares por “quemar” “La ley de Herodes”

El cine mexicano

Ha tenido la desgracia de estar siempre muy aparejado de las decisiones políticas”, señaló el cineasta Luis Estrada durante la Master Class que impartió este sábado, un día después de recibir un homenaje nacional por parte del Festival Internacional de Cine Guanajuato (GIFF) y la Filmoteca de la UNAM, en la primera sede de la edición 26 del encuentro fílmico en la ciudad de León.

El realizador de la tetralogía “La ley de Herodes”, “Un mundo maravilloso”, “El infierno” y “La dictadura perfecta”, a la que este mismo año se sumó el largometraje “¡Que viva México!”, conversó con la periodista Columba Vértiz, quien le preguntó si ha sido su objetivo principal el provocar o incomodar al poder político.

Explicó que al principio de su carrera tuvo la oportunidad de salir del país para hacer cine, pero decidió quedarse porque quería contar a México: “y creo que queda muy claro en mis películas: tengo una relación de amor y odio en partes iguales. A veces, en el mismo día, en una situación medio esquizofrénica, lo amo porque hay cosas que no hay en otro lugar del planeta, pero de pronto pasan cosas que hacen que uno lo odie. Todos tenemos esta relación dual de decir que este país es fantástico, y de pronto hay una clase política, una serie de cosas que están pasando todos los días y nos duelen, nos irritan, nos hacen sentir frustrados de que no cambie más de lo que quisiéramos”.

“Trataron de quemarla”

Lo que provocó la proyección de “La ley de Herodes”, relató, “es uno de los episodios más graves y vergonzoso de la historia de la cultura y del cine, porque ese sistema político que está retratado en la película, en la que los acusé (a la clase política) de corruptos, de impunes, de asesinos, todo eso se convirtió en realidad, porque ese poderosísimo partido de gobierno y el gobierno mismo hicieron hasta lo imposible por censurar la película. Trataron de quemarla, trataron de desaparecerla, trataron de corromperme. Un día me citaron y me dijeron: ‘te damos un millón de dólares si aceptas que quememos la película. Y esa razón es muy clara de entender: ellos se vieron en ese espejo.

Lo que les aterraba es que el público efectivamente descubriera que esos eran ellos, cosa que era estúpida y ridícula, porque la gente vivía las consecuencias de haber tenido ese sistema político y un partido dominante a lo largo de 70 años”.

“Pirateaban mis películas”

Estrada tuvo palabras para todos los mandatarios del país, desde Salinas de Gortari hasta el presidente Andrés Manuel López Obrador, quien en su momento emitió opiniones de rechazo hacia la reciente película del realizador, “¡Que viva México!”.

“Desde que Andrés Manuel López Obrador empezó a competir en busca de la carrera presidencial, pirateaban mis películas y hacían cientos de miles de copias en DVD y las regalaban en los mítines. Decían: ‘miren, miren cómo son los del PRI’ y les daban un disco pirata de ‘La ley de Herodes’; ‘miren cómo son los del PAN’, y les daban un disco pirata de ‘El infierno’. Claro, ahora que le tocó a él verse en ese espejo, que, creo, es ‘¡Viva México!’, resulta que ese que antes era un luchador social se volvió un clasista, un racista y un reaccionario”.

Sobre la demanda que Estrada interpuso contra el Imcine por no haber obtenido los apoyos del Estado para la producción de su más reciente cinta, éste dijo: “cuando veo la furibunda reacción en la mañanera de López Obrador, me quedó claro que tenía yo razón: lo que querían impedir tanto desde la Secretaría de Cultura como del Imcine y el Eficine es que no debía hacerse esta película por ningún motivo para no incomodar al presidente, y como yo salí más cabrón que bonito, que es una frase que sale en la película, pues encontré otros caminos”.

“Yo mismo me la pienso para ir al cine”

“Curiosamente, ahora en el festival se habla de la inteligencia artificial, de qué pasó con el mundo después de la pandemia, qué pasó con la transición del analógico a lo digital.

Lo que quedó claro con ‘¡Que viva México!” es que el cine mexicano está en un problemón, y no sólo el cine mexicano sino el cine mundial. Hoy por hoy, después de los cambios de hábitos que dejó la pandemia, la gente se acostumbró a que las películas les van a llegar tarde o temprano a la plataforma. Si no son eventos tipo “Barbie” u “Oppenheimer”, la gente no va a salir de su casa para ver un cine de adultos o de reflexión.

El cine mexicano: oscuro y pesimista

En las salas cinematográficas no puede ser más oscuro y pesimista. Pero no lo digo con dedo flamígero y acusador: yo mismo ya me la pienso dos veces para ir al cine (…) el problema del cine en las plataformas es que hay tantos estrenos simultáneos que las películas pasan sin pena ni gloria”.

Por último, Estrada contó que está considerando escribir sus memorias, “porque lo más insólito de mi carrera no son las películas, lo más insólito ha sido mi vida. Quiero hablar de mis encuentros con García Luna , que me dijo: ‘de nuestra cuenta corre que no se va a estrenar ‘El infierno’, y que yo le dijera: ‘sí se va a ver, ya verá que sí”.

El cine mexicano: oscuro y pesimista