El Juli:Rey incuestionable del toreo

El jueves de la semana pasada corrió como pólvora el comunicado que el maestro Julián López ‘El Juli’ publicó en redes sociales, expresando que al término de esta temporada 2023 dejará de torear indefinidamente.

Al instante, con la rapidez de las redes, miles de aficionados subieron su foto con ‘El Juli’, siendo esta una bonita manera de sentirse aficionados, pero siendo a la vez un pobre recuento del último cuarto de siglo en el que el madrileño ha mandado en el toreo.

La historia de ‘El Juli’

Es de película, de hecho, las hay, la mayoría regulares, lo que hay y muy buenos son algunos documentales como “15 de 30″ realizados por Canal Plus Toros, o una profunda entrevista en Castilla La Mancha TV, en el programa Háblame Bajito, hecha por Cristina Sánchez en la finca del maestro.

En mi caso la primera de muchas entrevistas la hice en 1997, cuando ‘El Juli’ era novillero y todavía no había cortado oreja en la Plaza México, lo vi debutar en Texcoco y al instante supe que sería figura de época.

Desde aquel momento se hablaba de toros con seriedad y la profundidad que el entrevistador fuese capaz de obtener sobre la enorme inteligencia taurina de ‘El Juli’.

25 años como matador

En la cima del toreo mundial, se dice fácil. Además de la capacidad taurina que se debe tener, la fuerza mental y la inteligencia para soportar la inmensa presión de saber que todas las tardes, en cada plaza y ante todos los toros, se debe mantener el máximo nivel, incluso en los tentaderos es obligación de las figuras estar por encima de todos.

‘El Juli’ ha hecho mucho por el toreo, de momento a su incursión mexicana a finales de los noventa, debemos que esa generación de adolescentes conociera el toreo y se volviera aficionada a los toros. Este logro lo han tenido muy pocos hombres en la historia de la tauromaquia. Surgen cuando se necesitan, los envía Dios a esta tierra a dar alegría, a mover el intelecto de las masas y a mantener viva esta maravillosa cultura.

La evolución del maestro es interesante, sus comienzos obedecieron a la obligación torera de triunfar todas las tardes como fuera, en su caso eso sí, siempre toreando bien, con pulcra técnica, a corazón abierto y con la raza del hombre privilegiado a la que nunca volteó la cara, asumiendo con responsabilidad su postura de máxima figura.

Su padre en los comienzos fue su hombro para llorar, la confianza sobre su capacidad y el amor incondicional en las buenas y en las malas. En su momento, abierto el camino a la consolidación, ambos acordaron que su padre quedara en eso, en ser su padre. Llegaron los apoderamientos fuertes, Victoriano Valencia, Raúl Gracia el Tato, Roberto Domínguez, Mariano del Olmo y Luis Manuel Lozano.

El poder ante el toro de ‘El Juli’

Obligó a los ganaderos a llevar la embestida de sus toros un escalón más arriba. Soportar el toreo por bajo de la muleta del madrileño requiere bravura seria. No genio, no sólo movilidad. Los toros cómplices de las obras maestras de Julián han tenido en sus venas la casta propia de su raza, la nobleza para obedecer ante la máxima exigencia de una muleta baja, que viaja cuatro o cinco metros alrededor del cuerpo del torero, trazando sobre la arena la ruta de la bravura profunda. Son pocos los toreros que han aportado a la evolución del toro, de la mano de los ganaderos.

‘El Juli’ se encuentra en la realeza de los toreros. Rey incuestionable del toreo. Ídolo de niños y adultos. Me viene a la mente el 30 de enero de 2011, tras cortar las orejas y el rabo del toro Guapetón de Xajay en la Plaza México, era llevado en hombros ante una multitud dando la vuelta al ruedo, Bosco mi hijo que tenía 8 años al verlo e intentar lanzarle su chamarra, me dijo muy serio: “Es el rey del mundo”.

Los números son contundentes, sus 18 cornadas son huella del precio de la entrega absoluta y la responsabilidad del deber ser. Enhorabuena maestro, como siempre mi gratitud y admiración plena a su condición de máxima figura del toreo.

México debe despedirlo como se merece.

El Juli:Rey incuestionable del toreo